Continúa la cumbre de los Brics en Brasilia; reuniendo a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica y arrancó este 13 de Noviembre.
Estos países suman cifras importantes, teniendo 42 % de la población mundial, 23 % del PIB mundial y sus territorios representan el 30 % del planeta. También sus economías manejan el 18 % del comercio internacional, según medios especializados. Por lo que se reúnen para tratar temas de interés común.
(Lee también: Información adicional sobre la cumbre)
En los meses previos a las elecciones presidenciales pasadas en Brasil, Jair Bolsonaro calificó a China de depredadora y molestó a las autoridades al visitar Taiwán.
Ahora, más pragmático, el presidente Bolsonaro recibe a su homólogo, Xi Jinping, con quien debe establecer las bases de una relación sólida entre ambas naciones.
Bolsonaro modera discurso hacia China mientras continúa la cumbre de los Brics
El primer punto de su agenda, un líder de ultraderecha que ha intentado colocar la etiqueta de comunista a sus rivales, es una reunión bilateral con Xi. Es un indicio de que el mandatario considera a China un elemento clave en sus ambiciones por reactivar la lenta y golpeada economía brasileña.
Lejos quedó la fogosa retórica electoral del año pasado según la cual China era una potencia rapaz que intentaba explotar los recursos brasileños. En ese momento olvidó que China es, después de todo, el mayor socio comercial de Brasil, por encima incluso de los Estados Unidos.
En su rápida expansión en la década de 2000, que la llevó a ser la segunda economía del mundo, China se apoyó en productos básicos de terceros países. Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, envió soya, mineral de hierro y petróleo para satisfacer el voraz apetito del gigante asiático.
Esos tres productos suponen más del 80 % de sus exportaciones a China. Significandole gran parte del PIB anual al país suramericano. La visita de Xi para asistir a una cumbre con los líderes de las economías emergentes es la primera que realiza al país desde 2014.
Pero su relación con Bolsonaro ya había mejorado. Bolsonaro viajó a Beijing para firmar acuerdos económicos, así como la exención de visas a ciudadanos chinos. “Bolsonaro descubrió lo importante que es China para Brasil y que puede hacer negocios con China. Y está más o menos contento con eso”.
Esto último lo dijo Mauricio Santoro, profesor de relaciones internacionales en la universidad estatal de Río de Janeiro, UERJ. Bolsonaro elogiaba a Estados Unidos y a su presidente, Donald Trump, y solía decir que China podía comprarle cosas a Brasil, pero no el propio país.
Esta fue una retórica que mantuvo por algún tiempo tras asumir la presidencia el 1 de enero. Pero esas declaraciones hostiles no dudaron mucho mientras continúa la cumbre de los Brics.
Brasil depende de la inversión extranjera, especialmente de China
Las inversiones chinas confirmadas en el país entre 2007 y 2018 sumaron un importe total de casi 60.000 millones de dólares. Más que en cualquier otra nación de la región, según el Consejo Empresarial Brasil-China, un centro de investigación brasileño.
Los nuevos proyectos decayeron en 2018, antes de los comicios generales de Brasil, dentro de un descenso generalizado por la cautela de los inversionistas. En su primer viaje al extranjero tras ser electo, Bolsonaro visitó Estados Unidos, que por entonces estaba inmerso en una creciente disputa comercial con China.
“Brasil tiene motivos para trabajar con ambos países y no tomar partido”, apuntó Pepe Zhang, director asociado para China del Consejo Atlántico, con sede en Washington. En agosto, ante las críticas de Occidente por la gestión de los incendios en la Amazonía, China defendió a Brasil. Bolsonaro calificó este respaldo de “incalculable”.
A medida que la diplomacia entre Brasil y China avanza, surgen asuntos delicados a tratar. Estados Unidos, por ejemplo, presiona al gobierno brasileño para que deje a Huawei fuera de la subasta de la red 5G que realizará el próximo año.
El Departamento de Estado estadounidense sostiene que Huawei supone riesgos de ciberseguridad y apuntó que revisará la forma en la que comparte inteligencia sobre Venezuela.
Posición frente a Venezuela
Tanto Washington como Brasilia consideran que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no tiene legitimidad y quieren que dimita. China, ansiosa por recuperar los miles de millones de dólares en préstamos respaldados por petróleo que concedió al gobierno de Maduro, sigue respaldando su mandato.
Bolsonaro sabe que no llegará a un entendimiento con Xi sobre Venezuela cuando se reúnan, y probablemente se centrará en atraer más inversiones y comercio. Bolsonaro, un legislador no demasiado popular hasta su campaña, recibió el apodo de “Trump de los Trópicos” por su rechazo del discurso políticamente correcto.
Muchos de sus seguidores llegaron a verlo como un cruzado dispuesto a imponer moralidad en un sistema político corrupto y una sociedad aquejada por la delincuencia. Pero en el plano económico se ha mostrado más contenido. Entregó las riendas de la política económica a un economista formado en la Universidad de Chicago.
Mientras continúa la cumbre de los Brics muchos temas importantes a nivel mundial se han tocado; temas que seguiremos informando a toda nuestra audiencia.
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