El Banco Santander ha sido condenado por venta de Valores Santander

La Audiencia Provincial de Valencia, se condenó al Banco Santander a regresar unos 40.000 euros a un cliente. Persona que se encargó de invertir en Valores Santander ya que no se le había avisado del riesgo del producto.

Se trató de una sentencia que se hizo pública el 21 de marzo del presente año. La Audiencia Provincial de Valencia, ha corroborado la nulidad que existe en el contrato de adquisición. Perteneció a los valores de un jubilado quien firmó en septiembre de 2007. Conjuntamente, fue el juzgado de primera instancia en haber desestimado la demanda. No obstante, la Audiencia Provincial de Valencia, no ha compartido el criterio señalado. De esa forma, queda sin efecto la sentencia de primera instancia que ha condenado al banco.

El banco tiene que regresar la cantidad que fue invertida, añadiendo también los intereses legales desde que comenzó la fecha de suscripción.

Con relación a la sentencia, la entidad tenía que informar a cada cliente sobre el peligro “realmente significativo” que buscan cada valor transformable con acciones que van más allá de toda entrega de información.

Era un riesgo inevitable en la inversión hecha

La empresa Santander había señalado que el demandante cargaba experiencia dentro del mundo inversor. Por lo menos, el suficiente para saber a qué extremos podría llegar. Esto es porque se trataba de titulares de otro producto financiero, la audiencia provincial no había compartido dicho criterio. Se manifestó que el jubilado tenía la tarea complicada de poseer un perfil ideal para el producto.

“Cada riesgo en la inversión, si no se exponen por la entidad, es difícil que se comprenda por algún inversor”. Señala la sentencia.

El juzgado ha concretado que todo consentimiento del cliente permanecía “viciado por equivocación”. Todo ello porque contrató dentro de un contexto de confianza y seguridad todos los datos que brindó al banco. “era insuficiente para saber el peligro verdadero de la inversión”. Asimismo, era el banco el que tenía que conocer sobre la adquisición de la entidad ABN AMOR y que se trataba de un hecho verdadero. Llegó la sentencia al final y todo dependía de perdidas, aparte de los hechos ajenos por parte del contratante.