El presidente de EE UU, Donald Trump, se ha encontrado con Pedro Sánchez en el plenario del G20.
Un personaje tan histriónico como Donald Trump no solo es noticia por lo que dice, sino también por lo que hace. Y, sobre todo, por cómo lo hace.
Los mandatarios se han saludado unos segundos y la conversación se ha interrumpido cuando Trump ha hecho un gesto a Sánchez señalándole dónde estaba la silla en la que correspondía sentarse. El asiento reservado a España.
Un brusco gesto que está dando mucho que hablar. El presidente español se ha ido a su sitio con una gran sonrisa en su cara. Los lideres ya están acostumbrados a este tipo de comportamiento de Trump.
Aunque en el caso de Sánchez la relación entre ellos es prácticamente inexistente. Sánchez no ha buscado al estadounidense y él tampoco lo ha hecho.
En el entorno de Sánchez aseguran que Trump le había dicho que le gusta mucho España y que el tono fue amable.
En las imágenes se aprecia cómo el presidente de EE UU corta la conversación, le indica a Sánchez que ese es su sitio y se va.
Sánchez y Trump no se han reunido nunca y, en los últimos meses, las relaciones entre ambos países se han visto deterioradas. Esto por la retirada de la fragata Méndez Núñez del Grupo de Combate del portaaviones nuclear Abraham Lincoln.
Una medida que, aunque temporal, ha causado ciertos roces diplomáticos que podrían estar detrás del poco cortés gesto que Trump le ha dedicado a Sánchez.
Mohamed bin Salmán y Sanchez en la cumbre G20
Por su parte, más cordial ha sido, en cambio, el saludo entre el presidente en funciones del Gobierno y el Príncipe Heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán.
Un cambio radical con respecto a la anterior cumbre del G20, celebrada en Argentina hace siete mese.
Entonces, Sánchez evitó a Bin Salmán por las acusaciones del asesinato del periodista Jamal Khashoggi dentro del consulado saudí en Estambul.
Salvo Putin, que hasta llegó a chocar efusivamente las manos con él delante de las cámaras, nadie quiso fotografiarse junto al hombre fuerte del reino.
Pasado el tiempo, y con varios contratos de Navantia pendientes con Riad, Sánchez no ha dudado en buscarlo esta vez.
Sánchez se concentra en su agenda internacional y G20
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se concentra durante cinco días en su agenda internacional sin tener resuelta la investidura en España.
El jefe del Ejecutivo participa en su segundo G20 en Osaka (Japón) y, poco después de volver a Madrid, el domingo, parte de nuevo, esta vez a Bruselas, para rematar en una cumbre extraordinaria el reparto de poder en las instituciones europeas.
La cumbre llegará hasta el lunes, cuando Sánchez podrá centrarse en la investidura y anunciar el martes la fecha elegida.
El presidente en funciones, un convencido del multilateralismo, se encuentra especialmente cómodo en este tipo de foros internacionales.
Desde que llegó a La Moncloa se ha concentrado en reforzar el papel internacional de España y su propio perfil. Ha logrado mejorarlo sobre todo en la Unión Europea.
Su papel de negociador en nombre de los socialdemócratas -es el presidente más importante de este grupo en la UE- le ha dado un peso que no tenían ni Mariano Rajoy ni José Luis Rodríguez Zapatero.
La inestabilidad en España, sin embargo, perjudica ese intento de Sánchez de reforzar su papel internacional, según admiten fuentes del Ejecutivo.
La semana pasada, en Bruselas, la prensa internacional preguntó a Sánchez por un posible adelanto electoral, algo que empieza a instalarse aunque el presidente en funciones contestó que todos los partidos tienen la responsabilidad de intentar evitarlo
Sánchez tiene fuerza precisamente porque acaba de ganar las elecciones y se ha convertido en el socialdemócrata con más peso.
pero la incapacidad de formar una mayoría sólida perjudica esta imagen. Una investidura fallida reforzaría esta idea, admiten fuentes del Ejecutivo, que confían en que se disipe cuanto antes la incertidumbre.
Declaraciones de Nadia Calviño
La ministra de Economia, Nadia Calviño, que también participa en la cumbre, como es habitual, admitió que algunos presidentes trasladan a Sánchez su deseo de que pueda formar gobierno cuanto antes.
Para Calviño, este retraso puede tener consecuencias económicas. «Lo deseable es que tengamos cuanto antes un Gobierno del PSOE, que es el que ha ganado las elecciones.
Porque un entorno de estabilidad política es el idóneo desde el punto de vista económico. Hago una responsabilidad a los otros grupos, en particular el PP y Ciudadanos.
Esto, para que cuanto antes se garantice la gobernabilidad de España en beneficio de nuestra situación económica. Debemos abordar las reformas que nuestro país necesita», clamó la ministra.
Sánchez ha participado en Osaka en dos reuniones al margen de la cumbre. Se ha reunido con los presidentes de la UE, en la que se ha reforzado el bloque frente a Donald Trump -también se incorporó al final el canadiense Justin Trudeau- para reclamarle que acepte una posición clara del documento final en especial sobre el cambio climático.