El Partido Popular Europeo (PPE) ha aprobado este miércoles la «suspensión» del Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, de la familia política conservadora europea. Esto tras los ataques de Budapest a Bruselas y en general, presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
El Fidesz no podrá participar ni tener voz ni voto en las decisiones del PPE con efectos inmediatos. Tampoco proponer a nombres propios. La decisión se tomó por 190 votos a favor y 3 en contra, informó el presidente del PPE, Josep Daul.
Fue adoptada en asamblea política después de que Daul se viera obligado a poner el punto en la agenda por las quejas formales de doce miembros del PPE de nueve países distintos. Eentre los que no estaba el PP de Pablo Casado, que tampoco asistió a la reunión.
Orbán no aceptó en el debate que fuera una suspensión temporal y hasta que un comité de evaluación decidiera si el Fidesz debía o no ser expulsado. El primer ministro húngaro envió la semana pasada cartas a los partidos miembros del PPE que pedían su expulsión para pedir «disculpas» tras haberlos descalificado públicamente como «tontos útiles».
Pedir perdón, retirar la campaña y permitir que siga abierta la Universidad europea de George Soros eran las tres condiciones que había reclamado Manfred Weber, líder del grupo PPE en la Eurocámara y candidato a presidir la Comisión Europea.
Entre los asistentes destacó la sucesora de Angela Merkel en la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, con la voz más poderosa dentro del PPE al contar con el mayor número de delegados dentro de la familia política conservadora.
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