Banco Sabadell estuvo obligado a devolver 45.500 euros de preferentes de Bankia. Fue el juzgado nº 39 de Barcelona quien se encargó de condenarlo el pasado 10 de enero. El dinero que se adquirió por un empresario y su mujer, una joven auditora.
Polémica en la defensa de Sabadell
El bando ha aducido a cada cliente que poseía una formación apta para entender los peligros del producto. Su defensa había argumentado el ser encargado por la empresa concentrada en la comercialización de productos químicos, farmacéuticos y cosméticos. “No se transforma en un profesional de finanzas”. Su mujer, con 23 años, auditor junior, “no se puede corroborar que fuese una profesional financiera”, dice la defensa.
“Aparte, les pusieron un producto complicado y de peligro como un producto seguro y con asequibilidad”, dice Juan Ignacio Navas. El socio-director de Navas & Cusí que ha participado, ya que es su despacho el encargado a la defensa.
No se han dado datos ideales y completos con relación a los productos y el peligro que traen. Fue la trabajadora de Sabadell que puso las preferentes de Bankia reconociendo todo en el juicio. Señaló que cada contexto general y el peligro inherente que existe, pero no explicó los peligros específicamente.
Por esa carencia de datos que lleva al juez a presumir el vicio por el consentimiento teniendo un perfil comprensible. “Se ofreció unos datos inexactos, incompletos, pocos concisos y sin antelación suficiente”, termina la sentencia.
Se hace alusión a la doctrina del Tribunal Supremo en cuanto a la ‘asimetría informativa’. Como también el deber de los bancos en brindar “un estándar de alto de información’. Se da en el momento que se va comercializando los productos complejos y de peligro.
“Todos los bancos tienen el deber de informar; y no en el momento que un cliente lo demande, sino de forma activa, así lo señala el Tribunal Supremo; por desgracia, eso no paso en este caso”, dice Navas.
