Luego de dar el primer paso en marzo, el Banco Central Europeo (BCE) parecía que por fin podría comenzar a retirar los estímulos a la economía europea; muy por encima de la ausencia de las presiones por la inflación. Sin embargo; el panorama actual se encuentra un tanto cambiante, esto en base por la llamada sombra de la guerra comercial.
Para el Central, la inflación de este y el próximo año será de 1,4% y 1,7 para el 2020; aunque hasta ahora todas las predicciones apuntan a que los precios podrían quedar un tanto por debajo. Esto ha traído nuevamente que se abran los debates en base a cuando y como es la mejor manera de empezar el retiro de los estímulos en la eurozona.
Mario Draghi, presidente del BCE comentaba que era muy probable que ya se haya tocado el techo del crecimiento; aunque no se destacaba un nuevo impulso en este ámbito. Mientras Benoir Cueré quien es miembro ejecutivo del organismo; ha dicho que actualmente hay cierta incertidumbre en cuanto a este tema y la capacidad que pueda tener el mercado laboral.
El Banco Central y la subida de las tasas
En este panorama de estar lejos del crecimiento; ahora plantea la necesidad de una mayor tasa inflacionaria y a la vez un ciclo más extenso en materia expansiva; esto basado en la necesidad de alcanzar el objetivo dentro de la eurozona.
Actualmente el tipo de interés es neutral; pues permite a la economía poder operar a pleno con una tasa de inflación un tanto estable. Esto indica que el BCE podría aumentar las tasas de interés; pues la idea es alcanzar una mayor estabilidad en los precios.
Los analistas creen que en julio podría ser el escenario propio para que el BCE se anime y haga oficial la finalización del llamado “QE”. Mientras tanto, el Central podría estar ganando tiempo después de los resultados del primer trimestre del año; además de que las relaciones entre China y los Estados Unidos han avanzado y esto tiene un efecto imprevisible en la economía.
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