Georgia empezó a votar para elegir a su presidente

Georgia empezó a votar para elegir a su presidente
Georgia empezó a votar para elegir a su presidente

Los georgianos empezaron a votar este miércoles para elegir a su presidente en una segunda vuelta crucial para el partido en el poder y una prueba de cara a las legislativas de 2020.

El presidente tiene poderes ante todo simbólicos pero la elección prefigura el duelo entre Sueño Georgiano; el partido en el poder, y a la oposición de cara a las legislativas de dentro de dos años.

Se trata de la última elección presidencial directa en esta exrepública soviética del Cáucaso antes de pasar a un régimen parlamentario.

Los colegios electorales abrieron a las 08h00 locales (04H00 GMT) y cerrarán a las 16H00 GMT. Los primeros resultados se esperan durante la noche.

La segunda vuelta enfrenta a la franco-georgiana Salomé Zourabichvili, apoyada por Sueño Georgiano, y al opositor Grigol Vachadzé, apoyado por Movimiento Nacional; el partido del expresidente Mijaíl Saakachvili, ahora en el exilio; y otras diez formaciones políticas.

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Resultados de la primera vuelta

Georgia se encamina a una segunda vuelta en las elecciones presidenciales
Georgia se encamina a una segunda vuelta en las elecciones presidenciales

Zourabichvili, de 66 años, obtuvo 38,64% en la primera vuelta, frente al 37,73% del opositor Grigol Vachadzé, de 60 años.

Una victoria de Grigol Vachadzé marcaría un giro en el paisaje político de Georgia y pondría fin a la dominación de Sueño Georgiano, en el poder desde 2012.

Es por ello que el ex primer ministro y multimillonario Bidzina Ivanichvili, oficialmente retirado de la política; salio de su silencio tras el mal resultado de Zourabichvili.

“Se que no estáis satisfechos porque vuestra vida no ha mejorado”, dijo en televisión, con lágrimas en los ojos.

Ivanichvili tiene una fortuna estimada en 4.600 millones de dólares, según Forbes; una cifra que representa un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) del país.

Ahora ha prometido aumentar el gasto social e incluso saldar las pequeñas deudas bancarias de 600.000 personas; un anuncio que varias ONG consideran “una compra de votos sin precedentes”.

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